Columna de Opinión para Revista Hogar (Ecuador)

 



Practicando un vestir sostenible y consciente realista

Hablemos sobre prácticas de vestir responsables pero aterrizadas. Hablemos de moda sostenible desde una perspectiva gentil, incluyente y anclada a tierra.


¿Qué es lo primero que viene a tu mente al escuchar “moda sostenible” o “estilo consciente”? Probablemente, la primera imagen sea ropa hecha de diseñador o confeccionada con textiles orgánicos o reciclados. Quizá pienses también -porque seguro lo habrás escuchado muchas veces- que adquiriendo prendas con dichas características es la única vía disponible para convertirte en una consumidora responsable.

Qué tal si te digo que ese es apenas uno de varios caminos, que realmente ser una consumidora consciente va más allá de únicamente comprar ropa etiquetada como “ética”, “ecológica” o “sostenible”. Que puedes tomar conciencia y responsabilidad de tus hábitos de vestir, sin agobiarte por cumplir reglas rígidas, adoptando prácticas adecuadas a tu realidad y posibilidades.

El primer consejo que te daré para iniciar tu transición hacia un consumo inteligente, responsable y medido es: define tu estilo. Tu primera tarea será crearte un lenguaje de vestir hecho a la medida de tu esencia y belleza, eligiendo colores, siluetas, estampados y texturas que serán como palabras que te ayudarán a expresarte frente al mundo, que representarán quién eres de la mejor manera, y que, a la vez, realcen tus cualidades físicas y sean funcionales a las actividades que realizas en tu día a día. 

Este paso es determinante para lograr ser una consumidora responsable, puesto que definir tu estilo te concede la gran ventaja de obtener un croquis, -llamémoslo “vestimentario”-, de todo aquello que te favorece. Entonces, esto se convertirá en tu guía al momento de hacer compras, porque podrás elegir con eficiencia y certeza; podrás saber a qué prendas decirle sí y a cuáles no, evitando de esta manera aquellas compras sin sentido, que no hacen más que atiborrar tu clóset, ocupando espacio valioso y provocándote estrés a la hora de vestir.

Otra máxima vital para que desarrolles una mentalidad de vestir responsable: pierde el miedo de repetir tu ropa, tanto en la vida real como en las redes sociales. Es momento de silenciar los prejuicios y subir el volumen de tu intuición. ¿Por qué desistir de usar las veces que quieras y cuando quieras, esa prenda que tanto adoras, porque te hace sentir brillante, elevada, lista para comerte al mundo, sólo porque te da pena que los demás te vean repetirla? Justamente, esta repetición crea apreciación, y esa apreciación hace que desarrolles un vínculo de consideración hacia tus prendas, lo que evitará que salgas a comprar sin sentido cada tanto. Porque la prenda más sostenible es aquella que vistes con orgullo una y otra vez, y el acto más noble que puedes hacer por tu ropa -y por el medioambiente y por quienes la confeccionaron- es aprovecharla al máximo utilizando tu creatividad para combinarla de múltiples maneras.

También quiero recordarte que comprar “moda rápida” -si es lo que tu presupuesto te permite para poder disfrutar de la moda y sentirte linda- no te hace una mala persona. Si, por ejemplo, cuidas tu consumo de agua o luz, ayudas a los animalitos sin hogar o a las personas en situación de calle, ya estás haciendo una gran contribución al bien común. 

Finalmente, recuerda que realmente no necesitas mucho, y que acumular ropa en tú clóset no es garantía de un buen estilo. Porque tener estilo no significa comprar ropa en exceso y sin sentido, estilo es la creatividad con la que combinas armónicamente lo que ya tienes en tu clóset, y así, no sólo cuidas tú bienestar sino también el del medioambiente. 


*Publicado en Revista Hogar (Ecuador) edición Noviembre 2023


Enlace: https://www.vistazo.com/hogar/opinion/practicando-un-vestir-sostenible-y-consciente-realista-FN6593968?fbclid=IwAR0PcpBJyGqmeIwSU3Gstcuzg_FtHvycOjcJww6o4G8ofndiaDhXXaE5oIQ



Columna de opinión para The Washington Post



 

Escribí para Post Opinión, la sección de opinión en español de The Washington Post sobre la necesidad de democratizar la moda sustentable, el problema detrás de la narrativa del "consumidor responsable" y los factores para construir una industria de moda realmente sostenible:



FASHION FILM "COLOUR & JOY" editorial para Revista COSAS Ecuador, Agosto 2022





FASHION FILM "COLOUR & JOY" editorial para Revista COSAS Ecuador, Agosto 2022

Director de video: Joel Cristopher  @joelcristophher
Dirección creativa y estilismo: Sasha Santamaría @sasha.santamaria
Fotografía: Andrés Cevallos @acevallosphoto
Asistentes de estilismo:  Alejandra Perez @_azulklein
Victoria Roman @vickyromanp
Asistencia e iluminación: Leonardo Salazar @leo420_
Maquillaje y Peinado: Zidjian Floro @makeupbyzid
Modelo: Haysha Moreira @hayshamoreira

Vestuario:
Vestido azul: Cristina León @cristinaleonec
Vestido fucsia: Cindy Castro @cindycastro_nyc
Vestido naranja: SEZ by Sarah Erazo Zindler @saraherazoz
Vestido lavanda: María Gracia Robles @mariagraciarobles

Calzado: 
Unlabelled vía The Designers Society @thedesignerssociety
Jacqueline Moncayo @jacquelinemoncayo_official

Joyería: 
Icona Jewelry @icona.ec

Dirección creativa y Estilismo para Revista COSAS Ecuador, edición Agosto 2022

 







Editorial "COLOUR & JOY" para Revista COSAS Ecuador, edición Agosto 2022.


Equipo: 

Dirección creativa, texto y estilismo: Sasha Santamaría @sasha.santamaria

Fotografía: Andrés Cevallos @acevallosphoto

Asistentes de estilismo:  Alejandra Perez @_azulklein
Victoria Roman @vickyromanp

Director de video: Joel Cristopher  @joelcristophher

Asistencia e iluminación: Leonardo Salazar @leo420_

Maquillaje y Peinado: Zidjian Floro @makeupbyzid

Modelo: Haysha Moreira @hayshamoreira

Columnista invitada para Forbes Centroamérica





Escribí para Forbes Centroamérica sobre las acciones que, como usuarios, podemos ejecutar para tener un consumo de moda y prácticas de vestir favorables con nuestra economía y el medioambiente.



Los códigos de “Respirar”, la colección Alta Costura de Lía Padilla


La última colección de la diseñadora propone una mirada performática de la moda.


Por: Sasha Santamaría (Consultora de Moda)


Fotografía: Juan Pablo Merchán


Lía Padilla es uno de los nombres destacados de la nueva generación del diseño ecuatoriano. Su propuesta conceptual, que explora constantemente los límites entre la moda y el arte, le ha hecho ganarse un espacio.
A inicios de este mes, la diseñadora presentó en la ciudad de Quito, en el emblemático teatro Bolívar, una de sus colecciones más ambiciosas, tanto por su producción, puesta en escena y complejidad artesanal de cada uno de los atuendos de “Respirar”, su performance de Alta Costura. 

¿Por qué “Alta Costura”? preguntamos a la diseñadora. “La mayor parte de las piezas constan de procesos artesanales que tomaron alrededor de 80 a 250 horas de trabajo manual para cada una. Estas prendas pertenecen a una serie limitada, que se trabaja sobre medida y que no son concebidas con el fin de ser vendidas, son las que en esencia construyen la pasarela”, así justifica la asociación de esta colección a dicha categoría. 

Fueron 43 looks los que desfilaron sobre el escenario del teatro, envueltos en una atmósfera solemne y mística, potenciada por la música. Un vaivén de prendas de apariencia escultórica -uno de los rasgos más representativos de su ADN-, complementadas con piezas de joyería y estructuras tridimensionales, cuya elaboración tomó 2 años, tiempo en el que se desarrolló la conceptualización, maquetación, pruebas y elaboración de cada prenda y complemento.  Un equipo de 20 personas se encargó de confeccionar durante 10 meses -ininterrumpidamente- cada una de las piezas (en los highlights de su cuenta de Instagram la diseñadora expone una buena parte de este proceso).

Es un hecho que la utilización del término Alta Costura en Latinoamérica suele ser polémico, por su inmediato e inherente vínculo con la moda europea, específicamente francesa. Esta colección permite una discusión sobre la práctica de la alta costura desde una perspectiva latinoamericana; cómo ejecutarla de acuerdo a nuestros parámetros, aprovechando nuestros recursos, enalteciendo nuestro imaginario cultural e idiosincrasia, una “alta costura” adaptada a nuestro contexto y realidad social -aunque quizá, para nombrarla, tendríamos que rebautizarla, inventando un nuevo término-. Una reflexión en línea con el discurso decolonial que propone una mirada y un hacer de la moda liberado e independiente de los lineamientos europeos. 
Para concebir “Respirar”, la diseñadora consideró tres ejes: los órganos del sistema respiratorio, la afectividad y la memoria ancestral, conceptos que tomaron cuerpo en volúmenes y texturas -dos elementos frecuentes en la propuesta de Padilla-, presentes en los distintos atuendos que conformaron esta performance, de la cual sobresalieron cuatro grandes momentos:


Fotografía: Daniel Queirolo


La apertura del desfile supuso un carrusel de prendas de siluetas adherentes; bodys y mini vestidos adornados por vuelos que ondulaban sobre la superficie de las piezas. Una selección que anticipaba que esta colección no sería del todo conceptual, con prendas de carácter teatral-como es habitual en la marca-, sino que incluiría también piezas para solucionar el vestuario en la vida diaria. 


Fotografía: Daniel Queirolo


Esta intención “vestible” se consagró mediante una serie de vestidos y prendas de contornos amplios y flotantes, que visualmente construyeron una llamativa e intensa sinfonía de color, cromática inspirada en la vestimenta de las comunidades indígenas de la zona centro-norte del país -aspecto que, casualmente, coincide con la temática colorida que viene predominando la estética de la moda global de este 2022-.


Fotografía: Daniel Queirolo


La performance continuó con un segmento de piezas decoradas por estampados maximalistas, de motivos orgánicos y botánicos que simulaban hojas y paisajes de montañas, trabajados en acabado matelassé, cuyas siluetas desprendían un aura oriental a causa de sus formas que remiten al kimono.


Fotografía: Daniel Queirolo


El segmento final fue el clímax de la presentación; los coloridos y flotantes maxi vestidos formaron dupla junto a los abrigos de estampados gráficos, en un ejercicio de sobreposición de capas y largos modulares, adornados por estructuras tridimensionales y joyería, una visión que personificaba majestuosamente el espíritu de la colección. De esta serie, resalta un amplio faldón negro en forma de campana, que bien puede interpretarse como una reformulación del característico anaco que visten en su cotidianidad las mujeres de la zona andina.

¿Alta Costura hecha en Ecuador? Sí, es posible, aquí y en cualquier país de Latinoamérica, siguiendo nuestros propios parámetros, en consonancia con nuestra cultura, aspiraciones, recursos y bagaje artesanal.  




Tendencias 2022: Lo que la moda nos dice sobre el ánimo social post-pandemia


Señales que vienen de las pasarelas a demostrarnos que la moda es un reflejo del ánimo y los deseos de la época.


Por: Sasha Santamaría (Consultora de moda)


Se dice que la moda es un termómetro de la sociedad, un espejo que refleja sus diferentes estados; sus crisis, sus alegrías, sus instantes de prosperidad, sus revoluciones, sus avances artísticos y tecnológicos. La moda los absorbe y los reinterpreta a la medida de su imagen.

Sucedió, por ejemplo, en los 60s con el fervor del despertar de la juventud, que propició el surgimiento de una estética juguetona, provocadora y naif, con la minifalda como estandarte de rebeldía. Sucedió también a finales de los 40s cuando, al terminar la II Guerra Mundial, Christian Dior intuyó que el deseo de experimentar belleza volvería luego de atravesar tiempos de horror, y así fue como creó su inigualable new look, bajo la consigna de “mujer flor”, que en su imaginario esculpió como una silueta de hombros finos, cintura marcada y caderas amplias construidas con faldas voluminosas asemejando a una corola, marcando así la vuelta del glamour y la exuberancia en el vestir femenino, en línea con la luz de esperanza que traía la nueva vida después de la guerra. Aquí, algunos registros de las veces en que la moda ha sido una traductora del espíritu de la época. 

En estos momentos, como humanidad, nos estamos recuperando de uno de los acontecimientos más dolorosos del siglo: la pandemia del covid-19. Durante estos meses, hemos observado las transformaciones que ha tenido la moda a medida que esta situación ha ido evolucionando. Por eso nos preguntamos: ¿cómo es la moda post-pandemia? ¿A qué ánimos y deseos responde? Aquí algunas de las tendencias que aparecen como respuesta a estas interrogantes.


Colorido enérgico


Visto en: Alexander McQueen- Christian Dior- Andrew Gn- Versace

Es un hecho que la pandemia nos dejó una estela de tristeza y de oscuridad. Y ahora que poco a poco la estamos superando, la moda tiene claro que esto significa una vuelta a la energía y a la vivacidad del color en todos sus matices. Ya está dicho: en 2022, el color será el rey. En las próximas temporadas, el abanico de colores es ampliamente generoso, aunque destacan las composiciones en las que el naranja, el verde esmeralda, el fucsia y el azul océano son los protagonistas. Toma nota: regresa el color block. 


Sensualidad al límite


Visto en: Saint Laurent- Valentino- Gucci- Isabel Marant

Una de las limitaciones que trajo la pandemia fue el contacto físico y, con ello, la privación del goce sexual. Esta recuperación del disfrute de la sensualidad se traduce en una exposición exacerbada del cuerpo, mediante transparencias y cortes cut-out que revelan desvergonzadamente la piel, intención que se consuma en el naked-dress, la silueta que se convirtió en una constante en las alfombras rojas de este año (y que también veremos durante el próximo).


Grandilocuencia extrema


Visto en: Burberry- Carolina Herrera- Oscar de la Renta- Balmain

Una de los aprendizajes que nos dejó la pandemia es vivir la vida al máximo y por todo lo alto. Los diseñadores lo entendieron y para la siguiente temporada, ofrecen piezas hechas para no pasar desapercibidos. Todo cobra dimensiones espectaculares: siluetas extremadamente amplias, estampados llamativos y prendas que destilan ostentosidad como el top cadena de Balmain. Moda en clave mayúscula.


Código fiesta

Visto en: Lanvin- Huishan Zhang- Loewe- Bottega Veneta

Vuelven los encuentros, las fiestas, las celebraciones eternas a la luz de la luna. Volvemos a divertirnos en la noche y eso significa una cosa: queremos llenarnos de brillo. Por ello, los desfiles de Primavera-Verano 2022 estuvieron desbordados de lentejuelas (Loewe, en su propuesta, nos regaló una seguidilla de vestidos cubiertos por esta textura), plumas y texturas metalizadas, en representación de ese glamour esplendoroso propio de la vida nocturna. 


Nostalgia vintage


Visto en: Moschino- Blumarine- Brandon Maxwell- Ottolinger

Cuando el presente se torna insoportable, solemos mirar al pasado y recordar aquellos “buenos tiempos”. Y esto es lo que ha hecho la moda; una revisitación de sus archivos para crear una interpretación contemporánea de aquellas épocas en las que fuimos felices. Aquí la razón del regreso de la moda “dosmilera”, bien llamada Y2K, que trae consigo sus mariposas y sus polémicos pantalones de tiro bajo; los 60s y su estética espacial y los 70s con sus estampados sicodélicos. Porque todo tiempo pasado fue mejor.